El matrimonio es una institución social en la cual una pareja decide formalizar su unión a través de ciertos procesos que pueden ser legales o religiosos, obteniendo así, un documento conocido como acta de matrimonio, mismo que avala un reconocimiento oficial de la unión.
En las sociedades modernas y más específicamente las occidentales, los procesos civiles conviven con aquellos motivados por las religiones, sin embargo es el matrimonio civil el que es reconocido para efectos legales.
Inferimos pues, que el matrimonio civil es el reconocimiento de esta unión ante las autoridades civiles correspondientes en un estado o país, mismo que trae consigo la adquisición de derechos y obligaciones legales por la pareja en cuestión, los contrayentes, mismas obligaciones y derechos que en caso de demandarse deberán ser respetadas; luego entonces, el matrimonio civil es un contrato de adquisición de derechos y obligaciones que la pareja o contrayentes voluntariamente solicita para dar validez legal, en el ámbito civil, a su unión.
La parte ritual de este acontecimiento, más propia de las ceremonias religiosas espirituales, no está ausente en las uniones por el civil, toda vez que los contrayentes deben seguir ciertos protocolos el día de la boda, que incluyen la entrega de los anillos de matrimonio y la designación de padrinos y testigos, además de los invitados a la ceremonia.
Un dato curioso es que en algunos países ambos matrimonios aún se llevan a efecto simultáneamente, cuando una pareja realiza su ceremonia religiosa el matrimonio civil se adiciona en automático el mismo día, pero la idea esencial de la ceremonia civil responde a la separación del estado y la iglesia, que inició en el siglo XVIII, y que buscaba un estado soberano y laico, sin influencia de los ritos religiosos.
La manera de disolver este vínculo civil y legal es mediante el ejercicio del divorcio, en alguna de sus múltiples variantes.